9. TU MADRE

Pero pronto nos va a separar este mar y un océano y yo no sé como pero lo tenemos que lograr, no quiero estar un año más sin ti, ayer era la cita con el Dr. Islam para comenzar nuestro plan, pero nunca llamo, me quede dormido esperando, tuve un mal sueño, desperté y tenía un mensaje tuyo, dijiste que quizá el doctor estaba ocupado, yo sentía que el plan no funcionaria, no pierdo la fe, sino es ese el camino, estoy seguro que Dios pondrá el suyo. Cuando te escucho y estoy contigo puedo saber que tú también me amas, pero me preocupa el tiempo y la distancia y todos los horrorosos obstáculos que hay de tu mundo al mío. Estamos a la mitad de este viaje, tú te ves tan feliz y no te ves preocupada como yo. Tu madre ya empezaba a hablar de nuestras diferentes religiones, pero la paraste en seco, aunque después del helado que los 4 compartimos, en el taxi me dijiste que no podrías casarte conmigo si no me convertía en musulmán. A estas horas tú debes estar en tu cama, dormida, yo en este hotel, pensando en ti, hay algunos pequeños barcos en el mar y muchos coches pasando abajo, mujeres de negro con burka y el tiempo corriendo. El futuro es incierto pero nuestras palabras son sinceras y mi corazón honesto con estos sentimientos tan grandes. Gracias a dios que nos ha dejado conocernos, suena ahora mismo la música en Alexandria para rezar, ya le he pedido a Dios y Ala por nosotros. Hoy no hay nada más que desee en este mundo que tomarte entre mis brazos, pero en este país es delito demostrar el amor, es increíble, como increíble es nuestro amor. Vale la pena vivir por mirarme en tus ojos, ya ha valido la pena vivir por haberte conocido. Tu padre no sabe que estoy aquí, hasta tu madre y tu hermana dijeron que no le va a parecer nada la idea de nuestro idilio. Así que el tiempo, la distancia y tu padre son ahora nuestros peores enemigos. Otra vez anocheció, las noches son tan distintas a los días, llega una preocupación invisible en las noches, una nube que aprovecha que el sol no está y me habla de días sin ti y me atormenta en la oscuridad. El día sin embargo maravilloso, increíble, sentados enfrente del mar en una lancha de motor, nos besamos con el sol dándonos de frente… me dijiste bésame y el conductor nos vio y enseguida paro la lancha, malditas prohibiciones. Fue un beso tan mágico como rápido, reímos al final y el conductor siguió la marcha cada vez más serio. Dijiste que fue hermoso el beso nuestro contra tu mundo. Te amo y tiene razón la noche lo sé, pero no debería pensar en eso aún falta una semana y espero un milagro, un milagro que ilumine estas noches que se tornan negras, el amor siempre debería ganar.