Son los anos veintes, cuando yo era nino, hablar de los anos veinte, era hablar de un pasado muy remoto,
de personas con diferente vestimenta, diferentes ideas y en colores sepia.
Hoy cien anos despues de aquellos anos veinte, recorremos como el viento sin campanas, el ano 2024,
yo estoy en una sala de juntas de una empresa americana en Zapopan, enfrente de mi esta un tal Maher,
me ha dicho hoy que es de Palestina, esta celebrando el Ramadan y se ha salido de la sala cuando trajeron
los tacos de pescado.
La sala de juntas tiene un pizarron blanco para plumones, donde esta anotado un plan que alguien realizo
y olvido borrar.
La mesa es para 10 personas, aunque solo estamos dos, es una mesa de madera cafe oscuro, tiene
encima dulces, son gomitas en bolsas transparentes, una caja de klinex, las entradas para las conexiones
electricas de las laptops, un platito azul con blanco, con pastillas de menta, un atomizador con
desinfectante para manos, el cubrebocas de Maher aunque la pandemia de covid termino hace casi
dos anos, mi cuaderno amarillo que como es nuevo, esta vez no tiene ninguna poesia escrita en medio
de las paginas, una taza de cafe vacia y una lata de coca cola de 235 ml.
Es la 1:39 pm cuando escribo hasta aqui, es viernes, ya no quiero hacer nada laboral por hoy, esperare a
las 3pm para que el Palestino regrese a su hotel y yo me vaya rumbo a Ajijic para disfrutar de un fin
de semana largo.
Tengo 42 anos y la rodilla izquierda que antes fue regateadora, me comienza a doler, debe ser por todo
el tiempo que paso sentado.
