5. PRIMEROS DIAS

De la realidad del Encuentro

Malak he pasado los mejores momentos del año y de la vida junto a ti y apenas son dos días que te he visto, tus ojos penetran en los míos con una fuerza milenaria, creo en el amor, en ti y ya estoy llorando de pensar que he de dejarte aquí en Alexandria y yo tengo que volver en unos cuantos días a mi ciudad. ¡No llores antes de que te peguen! Me ha llegado esa frase a la cabeza, ¡créelo, créelo! Me repito. Si Dios nos ha unido, si ya ha entrelazado nuestras manos y ha hecho realidad nuestro sueño, es solo el principio, EL lo puede todo y ha mostrado apenas la punta del iceberg, la punta de la estaca, hay más montaña debajo de la tierra que encima, no quiero olvidar nunca ni un detalle de la cita de ayer, en un bote azul en el mar mediterráneo, enfrente del castillo de Mohammed Ali, ese fue nuestro primer paseo, llevabas puesto pantalón de mezclilla, zapato tenis blancos con gran tacón, algo te dije acerca de ese tacón y me volteaste a ver triste y dijiste “there are news”, en el castillo intente darte el primer beso y te quitaste, saliste corriendo y gritaste never, te pregunte never? Y te quedaste seria, fuimos al acuario y hablabas mucho con las personas, me quedaba esperándote, estaba comprando un souvenir afuera y llegaste enseguida a regatear el precio, después un paseo en carreta por tu ciudad, la mezquita que pasamos, todas las veces que reímos y todas las veces que nos dijimos te amo. No quiero olvidar y estoy seguro que no podré hacerlo, después llego la tarde y fuimos a ese restaurante en la calle de enfrente del malecon, comimos salmón con espinas y hablamos en un idioma que no entendemos bien, pero no importo porque tenemos el otro lenguaje, el lenguaje del amor. Era el segundo piso del restaurant elegante, pedimos de todo y no comimos mucho, yo por la emoción de estar contigo, a ti no te gusta el pescado.